¿Estrés agudo o crónico? Conoce las diferencias y cómo te afectan
“¡Estoy estresada!”, bien podría considerarse una de las frases más comunes entre las mujeres que lidian con plazos, responsabilidades y exigencias que nunca se acaban.
¿Pero sabías que el estrés tiene varias caras? Una es tu salvavidas en situaciones de peligro y te da empuje, mientras que la otra te lleva al colapso físico y emocional.
En este post, detectarás a que tipo de estrés te enfrentas, cómo se activa y qué puedes esperar de él.
¿Tienes estrés agudo o crónico?, descúbrelo.
Entendiendo el estrés agudo
El estrés agudo o a corto plazo se desencadena para que puedas “luchar o huir” de amenazas reales o imaginarias, como quedarte atrapada en el tráfico o imaginar que tu pareja pone los cuernos.
También se activa ante situaciones positivas como un reto laboral emocionante.
Este tipo de estrés puedes experimentarlo varias veces al día.
Síntomas de estrés agudo o a corto plazo
Debido a que viene y se va rápido, no causa daños importantes a tu salud y emociones.
Sin embargo, pueden presentarse síntomas pasajeros, como:
- Latido del corazón rápido.
- Respiración más profunda y rápida.
- Sensación de estar alerta.
- Temblores e incluso náuseas, entre otros.
Pero no debes bajar la guardia. Si experimentas muchos eventos de estrés agudo durante el día, podrías desarrollar estrés crónico.
Estrés crónico: una carga invisible que impacta tu vida diaria
El estrés crónico nunca te abandona; él es persistente y desgastante.
Y, al mantener niveles elevados de cortisol (hormona del estrés) durante semanas o años, deteriora tu salud física, emocional y hormonal, como:
- Preocupación o ansiedad excesiva.
- Bajo estado de ánimo o energía.
- Falta de apetito, o un mayor deseo de darte atracones.
- Problemas digestivos como acidez estomacal o estreñimiento.
- Problemas para dormir.
- Pensamiento desenfocado o confuso.
- Mal humor.
- Bajo deseo sexual.
- Enfermedades como cardiovasculares, cáncer y tiroiditis de Hashimoto.
Incluso, si tomas medidas, llevará tiempo revertir los daños causados por este círculo vicioso.
Qué causa el estrés crónico
Proviene de situaciones difíciles y recurrentes en tu vida diaria, como:
- Relaciones difíciles con la familia, compañeros de trabajo y otras personas cercanas.
- Dificultades económicas
- Enfermedades familiares y eventos emocionalmente agotadores.
- Situaciones traumáticas, como accidentes, abuso físico o emocional, la muerte de un ser querido o un divorcio.
- Entornos ruidosos, contaminados, abarrotados o espacios públicos insalubres.
- Sobrecarga de trabajo, falta de control o de apoyo.
- Los cambios hormonales de la premenopausia, perimenopausia y menopausia.
Consentida, conocer qué tipo de estrés tienes y cómo identificar el estrés, te permitirá abordar las causas de raíz y aplicar estrategias efectivas para manejarlo.
Así evitarás consecuencias negativas para tu bienestar mental y físico.
Si sientes que el estrés te supera, no dudes en consultar a un especialista.
También, tienes muchas estrategias para enfrentar el estrés, en los artículos de mi blog. Seguro, te ayudarán a recuperar la calma que tanto anhelas.
Importante: este contenido tiene fines educativos y no debe utilizarse como asesoramiento médico. Si tienes alguna condición de salud, consulta con tu médico.
Referencias:
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