Folato en el embarazo: la vitamina para cuidar de tu futuro bebé
Sueñas con sostener por primera vez a tu bebé en brazos, mirando sus ojitos y sintiendo su calidez. Es un momento mágico que toda futura mamá anhela.
Pero para llegar a ese instante, una de las formas más poderosas de cuidar a tu pequeño es asegurándote de obtener suficiente folato en el embarazo, o incluso antes, si planeas embarazarte.
Saca el máximo provecho al folato: descubre sus beneficios, dosis ideal y precauciones.
¿Qué es el folato y por qué es tan importante?
El folato, conocido como vitamina B9, es un nutriente esencial para el desarrollo de tu bebé.
¿Para qué sirve el folato? Es como los ladrillos que forman la casa de tu pequeñito, o sea, su cuerpo y cerebro. Además, protege las células del embrión que se multiplican rápidamente en las primeras semanas del embarazo.
Folato: para qué sirve en el embarazo
Folato en el embarazo protege a tu bebé de posibles defectos del tubo neural, esa estructura donde se forman su cerebro y médula espinal.
- Espina bífida: la columna vertebral del bebé no se cierra completamente durante el embarazo, causando dificultades para caminar, aprender, controlar el pipí y popó. Suficiente folato ayuda a que la columna se forme correctamente.
- Anencefalia: el cerebro y el cráneo del bebé no se desarrollan bien, lo que es muy delicado. Tener suficiente folato durante el embarazo puede reducir ese riesgo.
- Encefalocele: es cuando una parte del cerebro sobresale a través de una abertura en el cráneo, provocando dificultades al bebé para moverse, retrasos en el desarrollo y el aprendizaje. El folato ayuda a que el cráneo se cierre.
- Mielomeningocele: es similar a la espina bífida, pero más delicado, ya que parte de la médula espinal también sobresale, eso puede causar dificultades para moverse. Suficiente folato te ayudará a prevenirlo.
¿Cuánto folato se necesita en el embarazo?
Muchos médicos convencionales recomiendan suplementos de 600 microgramos para las futuras mamás.
¡Cuidado!: el ácido fólico (suplemento sintético del folato) tomado por mucho tiempo podría afectar el cerebro y los niveles de azúcar de tu bebé. Además, puede causar depresión postnatal.
Opta por suplementos que digan en la etiqueta: “folato” o “(6S)-5-metiltetrahidrofolato”. Son más seguros para ti y el hijo que está en camino. Si dice, ácido fólico, no lo consumas.
Puedes apoyarte en tus alimentos
- Espinaca (1 taza cocida), 262 mcg.
- Hígado de res: 3 oz, 215 mcg.
- Guisantes de ojo negro: 1 taza cocidos, 210 mcg
- Espárragos: 8 tallos, 178 mcg
- Brócoli: 1 taza cocido, 104 mcg
- Coles de Bruselas: 1 taza cocidas, 156 mcg
- Hojas de mostaza: 1 taza cocidas, 104 mcg
- Frijoles rojos: 92 mcg
- Lechuga romana: 1 taza cruda, 64 mg
- Aguacate — ½ taza, 59 mcg
- Germen de trigo: 2 cucharadas, 40 mcg
- Naranja — 1 mediana. 29 mcg
Lo ideal es empezar a comer este tipo de alimentos, incluso antes de embarazarte, para evitar problemas se pueden formar en las primeras semanas, de gestación. Y síguelo tomándolo durante la lactancia.
Consideraciones especiales
Es posible que necesites cantidades más altas de folato si:
- En tu familia hay antecedentes de bebés que han nacido con espina bífida u otros problemas.
- Tienes alguna condición médica como enfermedad del riñón o del hígado, anemia falciforme.
- Tomas medicamentos para la epilepsia, diabetes tipo 2 o artritis reumatoide.
- Consumes alcohol con frecuencia.
Fuentes:
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